A todos los que se quejan de que TVE ha recomenzado a transmitir las corridas de toros y se rasgan las vestiduras, llorando amargas lágrimas de hiel y vociferando al gobierno, habría que decirles que todo tiene una solución tan sencilla como cambiar de canal o apagar la televisión.
Se los digo todos estos demagogos nacionalistas de pacotilla, empezando hoy por los de Coalición Canaria que andan reclamando que TVE deje de transmitir los toros en las islas. Que a pesar de tener apesebrada a gran parte de la población (recordemos que junto con Andalucía lideran todos los récords de paro superando ampliamente la media nacional), NO SON LOS DUEÑOS DE LA VIDA Y DE LA LIBERTAD DE LOS CANARIOS para decidir por ellos que pueden o no ver.
Que sean los individuos los que deciden qué quieren y qué no quieren ver. Porque hasta ahora parece que un sector bastante amplio de la población sí quiere verlos. Quizás no tan amplio como el que elige ver telebasura del estilo de «Sálvame», pero suficientemente significativo.
Y en todo caso, ver una corrida de toros siempre será mucho más entretenido y sano que ver un debate parlamentario de todos estos cantamañanas sanguijuelas de la casta.